CRISIS DE ANSIEDAD

La ansiedad es una emoción con la que todos los seres humanos contamos. Al igual que las demás emociones, la ansiedad, en una dosis apropiada, nos permite adaptarnos a nuestro medio ambiente.

El inconveniente se presenta cuando su intensidad es tan alta y desproporcionada que  se convierte en un problema y un obstáculo para enfrentarnos a las actividades de la vida cotidiana.

Existen varios tipos de trastornos de ansiedad pero uno de los más perturbadores por el grado de malestar que genera son los ataques de pánico o crisis de angustia.

 

Un ataque de pánico o crisis de ansiedad se refiere a la aparición repentina e inesperada de emociones de miedo e incluso terror que normalmente están acompañadas de síntomas físicos que en pocos minutos alcanzan su intensidad mas elevada, entre ellos están siguientes:

 

  • Palpitaciones, taquicardia o aceleración de la frecuencia cardíaca.
  • Sudoración.
  • Temblor o sacudidas.
  • Sensación de dificultad para respirar o de asfixia.
  • Sensación de ahogo.
  • Dolor o molestias en el tórax.
  • Náuseas o malestar abdominal
  • Sensación de mareo, inestabilidad, aturdimiento o desmayo.
  • Escalofríos o sensación de calor.
  • Parestesias (sensación de entumecimiento o de hormigueo).
  • Sensación de irrealidad o despersonalización (separarse de uno mismo).
  • Miedo a perder el control o de “volverse loco.”
  • Miedo a morir.